Vino en caja
El vino de caja, tendencia que está marcando a las bodegas del mundo.
Si alguien piensa que el vino debe estar embotellado, se equivoca. Hoy, las vinícolas están explorando nuevas formas de transportarlo, esto con el fin de reducir la huella de carbono que se genera en cada botella consumida.
La idea es tentadora, primero, porque esto permite vender contenedores más grandes al consumidor final. Segundo, porque, aunque está empacado al vacío, su huella de carbono es menor. Y tercero, el vino se conserva en perfecto estado por más días. Tentador, ¿no?
Mientras que en Francia muchas vinícolas exploran este nuevo formato para vender el vino, en México aún no es una tendencia. Sin embargo, ya se pueden encontrar algunos vinos con estas características en el mercado.
Le P’tit Hérisson es, tal vez, el primero de ellos. Es un vino tinto hecho con Cabernet Franc. Es ligero y fácil de beber. En los restaurantes se recomienda el servicio ligeramente frío. Se sirve directamente de un grifo instalado en una bolsa de vacío que está guardada dentro de una caja de cartón. Así de sencillo.
Para beberlo, necesitas una cosa: quitarte el tabú de que los vinos deben estar en una botella y entender que ahora también los hay en caja.