Frescura en Rosa
La temperatura comienza a subir, la primavera ya se siente en el ambiente y las terrazas se empiezan a saturar de alternativas de vinos rosados. No es una coincidencia, estos vinos gozan de una belleza singular que los vuelve únicos.
Primero, no tienen pretensiones. Se toman por lo que son: francos, frutales, con buena acidez y mineralidad. Además, pocas veces tienen una estructura compleja. Son lo que son.
Segundo, se pueden poner a enfriar en hielo. Nadie vendrá a decirte que es un pecado tener las botellas de rosado así. Están hechos para eso, para saciar la sensación de calor que el ambiente genera.
Tercero, su versatilidad permite que los uses para acompañar; desde una ensalada o crudos hasta un pollo o pescado a la brasa, pasando por los ostiones frescos y los tacos de cochinita.
Los rosados son frescos y ligeros, precisamente para que nadie se les pueda resistir.
Amore es un ejemplo de ello. La frescura y frutalidad de este rosado italiano puede ir perfecto con un curado de pescado o con postres con helados de frutas. Además es un vino que cuida todos sus procesos de vinificación y tiene certificación de vino biodinámico, lo que significa que toma el calendario lunar para sus procesos de vinificación, garantizando así la autosustentabilidad.
¿Necesitas otra razón para tomarlo?