Emotions on

Pareciera que hablar de emociones hoy está de moda, las redes están llenas de coaches, gurús y psicólogos que abordan este tema desde diferentes ángulos, tratando muchas veces de simplificar este proceso que tanto abarca en nuestras vidas. He visto desde los 10 tips o herramientas para tener una vida emocional plena (que no sabemos bien a qué se refiere eso), hasta discursos sobre la felicidad muy bien ambientados con música que produce un poco de consuelo a la mente. Pero normalmente tiene que ver con estar “felices” todo el tiempo. Pocas veces escuchamos que no estar contentos también está bien, poca información hay sobre cómo estar bien con la incomodidad que producen algunas emociones.

Desde que somos muy pequeños, los adultos procuran “evitarnos” las emociones que han categorizado como negativas, como  la tristeza, el miedo  y  el enojo. Desde que somos bebés nuestras mamás procuran que no lloremos, y mientras vamos creciendo esta tendencia continúa, nos dicen que las nenas lindas no se enojan y se ven feas si lloran, que dejarán de ser princesas si dejan de sonreír. Si los hombres se enojan no está tan mal, pues es parte de su naturaleza masculina, pero estar tristes JAMÁS, eso es un signo de debilidad y nada masculino. Así que desde que llegamos a este mundo nos piden que neguemos algo natural y que tiene un propósito perfecto en esta experiencia humana: LAS EMOCIONES. 

Alguien que vio que con esta idea podría controlar condicionando a la humanidad, se le ocurrió categorizar a las emociones con base en un juicio y las dividió en positivas y negativas, y este cuento se lo creyeron algunos estudiosos de la conducta humana  y además  encontraron un beneficio en este categoría.

Sin embargo,  se ha descubierto que el llanto de un bebé es su forma de expresarse, sólo así puede comunicarse con mamá. Imagínate lo que anímicamente pasa en ese bebé que su madre no tolera su llanto, pues lo asocia con algo malo, negativo y/o sufrimiento, y los bebés no conocen el sufrimiento, pues aún no están llenos de creencias que les hagan sufrir. El dolor en un bebé es una alarma de que algo no anda bien, lo que el bebé hace al llorar es comunicarle a mamá que hay algo que arreglar y cuando se arregla el bebé para de llorar. Y hay cientos de tipos de llanto en cada bebé que expresan cosas distintas. Así que ahora que tengas a tu hijo, nieto, sobrino en brazos no te angusties porque llora, déjalo expresar su emoción, pues está ahí con un propósito perfecto.

Cuando yo no quiero que alguien llore, es porque su llanto activa en mí la tristeza, y hemos pasado la vida negando la posibilidad de que la tristeza pueda ser algo normal y humano en nosotros, al igual que todas las emociones que no se sienten bien, se sienten densas, pesadas, a veces hasta nos tumban en la cama, quizás hasta entorpezcan nuestro trabajo o no nos permiten seguir con las actividades cotidianas. Entonces, ¿cómo no rechazarlas? Si no me permiten ser productiva e interactuar con el mundo, pues me pongo insoportable y la gente se aleja de mí, si no es que yo lo hago antes. Entonces, mucho de ese cansancio y esa densidad es provocado por la lucha interna donde están en guerra la emoción que quiere manifestarse, en este caso la tristeza, y por el otro, tu juicio o señora regañona que vive en tu interior, que rechaza a la emoción y la resiste sin dejarle ser y expresarse.  Así que aunque no te des cuenta estás en guerra interna y eso es devastador para el cuerpo. Y esto pasa cada vez que surge alguna emoción que según tu juicio no es aceptable, lo cual sucede muchas veces al día.

Quizás te des cuenta de esto sólo cuando la emoción es muy evidente o hay algún acontecimiento que innegablemente sabes que produce cierta emoción densa en ti, hay ocasiones en que la emoción tiene tanta fuerza que no podemos resistirnos a ella, por lo menos de inicio, aunque después vamos reprimiendola haciéndonos creer que ya la “sacamos”. Entendemos por “sacar” una emoción el llorar, gritar, golpear, o cualquier acción asociada a la emoción, entonces creemos que si realizamos esa conducta ya vivimos la emoción. Tengo malas noticias, pues esto no es así, quizás sólo te permitiste sentir cuando la emoción emerge, que normalmente trae mucho impulso, pero eso es sólo el comienzo de su manifestación, y lo que normalmente hace la mente es que al detectar que está surgiendo una emoción que no se siente agradable la rechaza a través de algún mecanismo, tratándola como un virus del cual defenderse. Algunas lo reprimen, otras lo evaden, otras más lo niegan y un sinfín de mecanismos para no sentir eso que no se siente tan bien.

Entonces, ¿qué hacemos?, primero aprendemos a reconocer cuando una emoción densa está apareciendo y la aceptamos, primero con la mente, pero sin racionalizarla, lo cual es otro mecanismo de defensa, ya que las emociones no se piensan, ni se entienden, solo se sienten. Y se sienten dándoles su debido tiempo y espacio, donde inclusive quizás tengas que hacer una pausa para enfocarte en sólo sentir. Las emociones no son buenas o malas, positivas o negativas, sólo son, y lo que las diferencía es si lo que sentimos es agradable y fácil o desagradable y pesado. Pero todas son necesarias para vivir la experiencia de la vida, cada sensación producida por una experiencia trae consigo información sobre ti misma.

Así que, querida lectora,  si estás a punto de lanzarte a una aventura o cambio en tu vida, y con ello estás intentando dejar de sentir tristeza, enojo o miedo o cualquier emoción que no te guste, tengo que decirte que mejor no lo hagas, que pongas reversa, que sigas donde estás. Todas las emociones son parte de ti y de cada ser humano que pisa este planeta, el querer que no aparezcan más en tu vida es querer dejar de ser una parte de ti, es seguir negándote, es ir en contra de ti misma. Nos pasamos la vida con la espada levantada luchando contra nosotros mismos, contra lo que de repente sentimos y le ponemos nombre y juicio, y nuestro pensamiento nos dice noooo, tú no puedes sentir eso, ¡tú eres fuerte!,  pues a todos nos vendieron esa historia.  

Tengo una idea..... qué tal que soltamos la espada, dejamos de luchar contra algo o alguien, y menos contra nosotras mismas, y si hoy sentimos  tristeza hoy la vivimos, nos convertimos en ella, sin ponerle significado mental ni tratamos de explicarla, sólo la sentimos, pues para eso fue creada, no la creamos para jodernos, entonces me doy cuenta que esa tristeza existe para decirme algo, y ¿sabes?, siempre que la dejas ser te dice algo, siempre trae consigo un descubrimiento de ti misma.

Quizás sintiendo podamos despertar a la verdad, a lo que somos, sentimos y queremos, siendo nosotras con todo lo que eso implica, con toda nuestra luz pero también con toda nuestra oscuridad. Cuando te atreves a tirarte al vacío las emociones se potencializan al máximo, vuelves a tu naturaleza, vuelves a entender que la vida es sentir, pero sentir TODO lo que pasa en ella, sin embargo lo que diferencia ese sentir es que tus pensamientos no te atormentan, puedes sentir tristeza profunda, pero sin perder la paz, porque esa tristeza no tiene nada que ver con tus supuestos, con lo que tu mente quiere que creas, está ahí para mostrarte algo de ti. 

Si quieres comprender esto tienes que vivirlo, pon a prueba lo que acabo de escribirte, la siguiente vez que surja una tristeza profunda en ti, siéntela sin intentar que desaparezca, vuélvete una con ella y verás qué sucede. 

Por favor  no intentes que una parte de ti desaparezca, negándote a sentir.


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