¿Sexo casual o felices por siempre?

Últimamente he tenido muchas conversaciones con mis amigas solteras de lo difícil que se ha vuelto tener sexo casual en tiempos de pandemia. A la mitad de ellas solamente les interesa tener sexo, y la otra mitad, aunque preferirían tener una pareja estable, casarse y tener hijos, no pierden la esperanza de encontrar el amor real en cualquier tipo de ocasión, así se les rompa el corazón experimentando ghosting cada fin de semana por aceptar tener sexo ocasional.

Y es que ya con las prácticas actuales no muchos hombres se quieren comprometer, para qué se van a quedar con una si se pueden tirar a todas las que puedan por segundo. Tinder y el resto de las Apps del mismo tipo están diseñadas para eso.

Yo no lo veo mal, pero sí creo que la gente que las usa debe saber jugar el juego sin crear falsas expectativas. Tenemos amigos con casos de éxito que se conocieron por medio de esas Apps, pero TODOS sabemos que esa no es una generalidad. Creo que habría menos desilusiones si antes de meterse en esas cosas, las mujeres se pusieran de acuerdo con ellas mismas en lo que realmente quieren, porque la probabilidad de encontrar, por medio de una App, al hombre perfecto que buscan para que sea el padre de sus hijos es muy baja.

¡Por Dios! Si hasta cuando vienen recomendados salen con lo que salen, ahora imagínense alguien de quien sólo viste algunas fotos, chateaste como dos días, luego te quedaste de ver en un bar, te pusiste hasta tu madre en la primera cita y te lamentas porque despertaste al día siguiente y ya no estaba o ni te acuerdas de si te lo comiste o no, y te vas al baño a tocarte buscando cualquier rastro de algo que te haga saber si hubo coito o no.

Y por si fuera poco, todos ellos, al igual que tú, le están dando likes a otras mil y chateando con diferentes todo el día. ¿En qué parte de esa ecuación alguien es capaz de pensar que así conocerá al papá de sus hijos?

Bueno, puede que al papá sí, porque también sé de casos de amigas que quedaron embarazadas en un encuentro casual y no volvieron a saber del hombre en cuestión.

Obviamente esto no es un rollo moralino, lo que menos tiene esta columna es moral. Esta, su humilde autora, no tiene ninguna autoridad para hablar de algo tan complicado, confuso y hasta podría decir que erróneo y tan mal usado, como el concepto de moral.

¡Pero pilas y coherencia mis piernudas! Si quieren lograr resultados específicos tienen que actuar acorde a eso. Ahora que si les vale madre lo que se les atraviese en el camino y van por ahí tomando de todo lo que se encuentran y esperando que la vida las sorprenda, créanme que lo hará, sólo que no en todos los casos para bien.

Personalmente nunca fui fan de Tinder y esas ondas. Yo siempre he encontrado un particular placer en conectar con alguien de formas naturales. Me gusta que alguien se me acerque a tratar de hablar conmigo después de haberme estado observando por un rato, está increíble la parte de coquetear. Me gusta que me sorprenda una buena conversación y me empiece a gustar alguien por otras cualidades y no sólo el físico. Cuando la atracción se da de forma natural, no te tienes que preguntar si será un imbécil o no, si huele rico, si será como en las fotos…

Cuando empezaba Tinder, yo estaba terminando una relación y una de mis compañeras de trabajo lo bajó en mi teléfono y empezó a chatear por mí, yo me enfurecí, porque no quería que nadie de mis conocidos ni mi reciente ex me viera ahí; nunca fue mi onda ni mi idea meterme, es algo que yo nunca hubiera hecho por mí misma y casi la mato.

Tengo que decir que lo que fue muy chistoso es que te encontrabas nombres “conocidos”, como Rodrigo Vidal, Kuno Becker, Sergio Sendel, entre otros. Yo nunca le invertí tiempo a platicar con nadie, pero sí recuerdo que tuve esa conversación con algunas de mis amigas que sí estaban en esa onda, y un par que habían repetido a Kuno contaban que le gustaba hablar sucio y tirar rudo. Yo moría de risa, ¿en qué momento habíamos llegado a eso? Yo hubiera jurado que todos esos personajes en Tinder eran tipos random que se hacían pasar por ellos, pero no, hay de todo en todas partes.

El caso es que si existe una constante en todas esas Apps es que todos quieren tener sexo, y si no todas las mujeres, sí todos los hombres.

Dos de mis amigas contaban sus encuentros cercanos con el famosísimo Covid por haber tenido sexo con desconocidos en tiempos de pandemia. ¿Qué esperaban? ¿A poco creen que todos ellos están guardados en sus casas, siendo 100 por ciento cuidadosos, limpios y haciéndose una prueba de Covid antes de ir a verlas y esperando a tener relaciones sexuales sólo con una que les demuestre lo mismo?.

Perdón que lo diga aquí amigas de mi alma, pero por eso siguen solteras, como se los dije en persona. Solteras y en la pendeja, o que alguien me explique ¿qué tipo de ingenuidad es esa?, por llamarlo de alguna manera.

Obviamente esa conversación se desvió tantas veces hacia tantos temas tan diferentes que nunca llegamos a nada.

La otra fue que era terrible terminar el año solteras. No sé cómo explicar lo que siento cuando escucho a una mujer diciendo eso, como si no pudieran ser personas completas por no tener a alguien que les haga aunque sea ruido. Porque es la verdad, hay unos que nomás están ahí, pero no se les puede considerar pareja o compañeros, hay unos que no aportan nada, ni siquiera buen sexo.

Otra conversación en la que no logramos coincidir en todos los puntos. Honestamente mis mejores tiempos los he pasado soltera, es cuando más me he divertido, emocionado, gritado de emoción, alegría y ¡no se diga de placer!

Así que si este es el caso de algunas o muchas de ustedes que me leen, por favor no pierdan el tiempo esperando por el hombre perfecto, ¡eso no existe!

Inviertan tiempo en ustedes, hagan cosas que les levante el ánimo, que las haga sentir bonitas, verse y sentirse bien, sentirse chingonas, SER chingonas en todos los sentidos. No pueden buscar afuera lo que no han logrado construir dentro de ustedes.

Ojalá que todas esas cosas sean prioridades para pedir deseos al comerse las uvas y no nomás se atraganten pidiendo que llegue el hombre indicado a sus vidas, pero si lo van a pedir, ¡pidan bien! Yo soy una ferviente creyente de que el universo escucha, así que no escatimen en pedir, pero también ayúdenle. Cuídense también de cualquier tipo de bichos y virus que puedan contraer, porque probablemente Covid no sea lo más peligroso con lo que se puedan encontrar. Hay muchas maneras de tener sexo “seguro” aunque siga siendo casual.

Yo les deseo que logren dejar toda la basura del 2021 en su lugar, que ya es pasado, y que tengan un gran año plagado de todo tipo de estimulación erógena, deliciosos orgasmos, que encuentren en sus vidas ejemplares dignos de museo para degustar y coitos interminables sin interrumpir. ¡Muy feliz 2022!

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